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Artrosis canina PDF Print
Wednesday, 18 July 2012 10:12

¿Qué es la Artrosis canina?

La artrosis en los perros, como en las personas, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que es progresiva y causa dolor en las mismas.

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Gingivitis y placas de sarro en un perro de 5 años de edad.

A medida que avanza el proceso se degrada el cartílago que recubre el interior de la articulación e incluso el propio hueso. Las articulaciones afectadas pierden elasticidad, provocan dolor e impiden que el animal se mueva con normalidad, disminuyendo sustancialmente su calidad de vida.

Una vez aparece la artrosis, si no se instaura lo antes posible un programa para el manejo del dolor que impida además la progresión de la enfermedad, el proceso empeorará inevitablemente, complicando el tratamiento de los síntomas y haciendo cada vez más difícil y dolorosa la vida de su perro.

¿Qué animales están más expuestos?
La artrosis canina es frecuente en perros de edad avanzada, independientemente de su raza y sexo. Pero realmente cualquier perro a cualquier edad puede sufrir dolor debido a la artrosis. La edad en sí no es la causante de la enfermedad, si no que ésta se produce generalmente como consecuencia de un desgaste anormal que sufren los cartílagos articulares con el paso del tiempo a causa de una alteración preexistente (displasia, traumatismos, cirugía articular, sobreesfuerzo articular, etc.).

De hecho la artrosis canina puede darse también a edades más tempranas, con posterioridad a algún traumatismo, o bien en aquellos perros que padecen algún tipo de malformación hereditaria.

Por otra parte, los perros que padecen obesidad son más proclives a sufrir artrosis por sobrecarga continuada de las articulaciones.

¿Cuáles son los signos que deben alertarnos?

Al principio la artrosis canina es difícil de detectar ya que los perros compensan los cambios que sufre la articulación afectada desplazando el peso a otra sana o evitando ejercer una gran presión sobre la misma, por lo que en las fases iniciales de la enfermedad es posible que usted (e incluso, a veces, el propio personal profesional de la clínica veterinaria) no se dé cuenta de que el animal sufre dolor.

De hecho la cojera del perro, o cualquier alteración en el apoyo, al comienzo de la enfermedad puede ser intermitente o estacional y poco evidente. El perro puede todavía dar largos paseos, jugar a la pelota, nadar o coger un palo, ocultando el dolor que padece.

Pero según avanza la artrosis, empeora la situación, aumenta el grado de degeneración articular y el dolor se hace evidente: el animal cojea de forma continua, evita el movimiento e incluso muestra dolor con la simple palpación de las articulaciones afectadas.

Además de la cojera del perro, existen otros síntomas que nos pueden hacer sospechar que nuestro perro sufre dolor articular y puede, por tanto, padecer artrosis:

  • Dificultad para ponerse en pié o para sentarse y tumbarse (lo hacen muy lentamente y con posturas forzadas).
  • Se muestran reacios a salir de casa para pasear y cuando lo hacen les cuesta seguirnos (en ocasiones, incluso, aunque caminemos despacio).
  • Disminución del apetito (el malestar general les puede crear inapetencia).
  • Cambios en el comportamiento originados por el dolor constante:

 

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    • Nerviosismo por las noches e insomnio.
    • Irritabilidad e incluso agresividad. El perro se muestra irritable y no quiere ser tocado ni acariciado, particularmente cerca de las articulaciones afectadas.

 

¿Es posible cura la artrosis?

Lamentablemente no existe curación para la artrosis canina. Sin embargo usted no debe asumir que su perro ha de convivir con el dolor y los signos asociados al mismo. Debería dejarse aconsejar por su veterinario quién le dará la mejor opción para aliviarle los síntomas.

Fuente: Pfizer.